De nuevo un nombre y un tipo demasiado comparsista para sacarlo en chirigota, pero bueno, así se salió, de caballitos de mar. La verdad que el tipo no era feo, pero a mí no me gustaba. Aquel año fichamos al Verdurita, integrante en la actualidad de la chirigota de los Perez, que pronto se convirtió en mi pareja de juegos y travesuras en los ensayos, motivos por los que mi padre me echó de la chirigota, mas que nada, para dar ejemplo y que los niños, sobre todo El Verdura, mejoraran su comportamiento. Mas que mejorar lo empeoró y el grupo se “amotinó” una noche: o yo volvía a la chirigota o se iban todos. Con el tiempo nos reíamos mi padre y yo recordando aquella escena, que en aquel momento me pareció una heroicidad por parte de mis compañeros y un acto valiente de amistad sin límites hacia mí. A mi padre también le gustó el detalle, ya que demostraba que además de carnaval también aprendimos valores de compañerismo por encima de todo, así que a la semana siguiente estaba ensayando de nuevo junto a mi chirigota. Marco “el gordo”, que los dos años anteriores tocó la caja con nosotros, cumplía la edad para salir en infantiles y fichó de bombo con “No correr que es peor” de Pepe Pozo. Juan Rivero dejó de escribirnos, y quedó Escolar como responsable único de componer letra y música. Este iba cortito de canto, por lo que las grabaciones las hacía el hijo pequeño de Fernando, lo que nos ayudaba también para coger el tono que mejor nos venía al estar cantado por un niño de nuestra edad, con unos registros parecidos a los nuestros. El chaval cantaba como los ángeles, y con el tiempo formó parte del grupo “maíta vende cá”. Recuerdo que los nervios de cara a aquel carnaval 89 estaban a flor de piel porque Pacorro sacaba una chirigota infantil de la que mi padre hablaba maravillas, (sin haberlos escuchado), para meternos presión y así nos pusiéramos las pilas y prestásemos mas atención a las cosas. También era una forma de prepararnos por lo que pudiera pasar en el concurso y nos intentaba concienciar para que, si perdíamos, nos lo tomáramos con la máxima deportividad. Pero no fue así, y de nuevo nos hicimos con el primer premio, segundo para la chirigota de Algeciras “Venimos cubiertos”, y tercero para la chirigota de Pacorro “Salimos de lana-da”. Aquel año no había concurso infantil en Los Barrios, por falta de participación, pero fuimos como invitados a su carnaval. De nuevo otra experiencia inolvidable.
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