Hubo mucha actividad por parte de la chirigota ese año, ya se empezaba a ver nuestro masoquismo en esto del carnaval y se nos ocurrió que podíamos sacar dos chirigotas, una de ellas, Los maklas, ensayada solo en algún fin de semana, creamos una asociación cultural, y editamos una revista, donde Pino, mi padre y sobre todo Cayetano, (también conocido como Anti), se hartaron de trabajar para que saliera lo mejor posible. Con ella intentábamos acercar la historia del carnaval Ceutí a todo el público, recordando agrupaciones, antiguos carnavaleros, letras…etc., pero viendo lo poco que se agradeció el trabajo realizado fue el primer y último número de la misma.
Hubo pocos cambios respecto al año anterior, pero sin embargo, salieron las cosas mucho mejor en ese concurso del 2000. Paco Pino ya empezaba a destacar como autor, Nini ya había inventado esa “voz finita” y el grupo tenía una ilusión enorme. El tipo elegido para la agrupación “buena” fue el de los personajes de Heidi: Pedro, el abuelo, Clara…etc. y el nombre nos lo dio Juanito “el canijo”, un compañero mío de trabajo. En la “otra” chirigota salimos vestidos de niños transfronterizos, que vienen a España buscando una vida mejor. Hay un dato curioso que quisiera aclarar respecto a ese tipo y a la “coincidencia” con el de otra agrupación ceutí. Una tarde me llama a mi casa Alejandro Catarecha, de la chirigota de los hermanos Pérez, y me comenta que han tenido un problema. Ellos tenían pensado ir de Star wars, pero el tipo les costaba una pasta, (un millón de las antiguas pesetas), y no podían permitírselo, con que me pide que ya que nosotros sacamos dos chirigotas, deje que ellos saquen el tipo de transfronterizos y saquemos solo una. Yo en un principio estoy por la labor de hacerlo, pero tras consultarlo con el grupo decidimos que no, que han sido muchos fines de semana preparando el repertorio para ahora no sacarla y tirar todo el trabajo por la borda. Me dispongo a llamar a Catarecha, pero él me llama antes y me dice que lo van a sacar, sea cual sea nuestra decisión. Esa es la única verdad del caso, aunque alguien diga que nosotros les pisamos el tipo.
Aquel año queríamos hacer un forillo, ya habíamos llevado el año de los pastores, pero no lo hicimos nosotros, robamos uno del almacén municipal. Así que ese año nos pusimos manos a la obra y nos salió de puta madre, creo que el tipo entero quedó de puta madre, todavía se me ponen los vellos de punta cuando recuerdo la reacción de la gente al ver la puesta en escena. Las risas iban de menos a mas…cuando salió Heidi, el abuelo, reventó cuando salió Clara, la tullida, en su silla de ruedas, y explotó cuando salió Ale vestido de Rotelmeyer. Momentos antes de la actuación, Nini le dijo a mi padre que le cortara un poco el bigote, que se le metía en la boca y le molestaba al cantar, mi padre, que siempre se ponía mas nervioso que nosotros, cogió unas tijeras y al dar el primer corte salió un chorro de sangre del labio. Mi padre se descompuso, Nini se puso blanco. Disimulamos como pudimos las manchas de sangre de la barba y el Indio tuvo que cantar con medio labio cortado, Aun así, nos dieron el segundo premio, pero lo mas bonito fue la calle, como a los niños se les iluminaba la cara al vernos, como la gente nos seguía para vernos actuar hasta dos o tres veces en los distintos sitios donde íbamos. Nos inscribimos para concursar en La línea, pero la noche anterior al concurso, cogimos un colocón de muerte y decidimos no viajar y aguantar aquí la resaca. Mientras nosotros dormíamos plácidamente, en La línea se impacientaban porque la agrupación de Ceuta no llegaba. Llamaron al teléfono de Paco Pino para comunicarle que ya nos habían presentado en escena, que teníamos que darnos prisa. No quiero imaginarme la cara de aquel hombre cuando Pino le dijo que estábamos en Ceuta y que no íbamos a aparecer. Nos sancionaron con cinco años sin poder concursar allí.
Ni que decir tiene, que con la “otra” chirigota, “Los maclas”, no nos comimos nada, era de esperar. Aunque tuvo su punto, la verdad es que era muy floja y estaba poco trabajada, pero nos pegamos el gustazo de cantar dos veces y además intercambiarnos en los instrumentos durante la actuación: Marco tocó el bombo en el popurrí y cantó el resto, Pando toco la guitarra en un pasodoble y el bombo en otra pieza, yo salí de caja en la presentación, de bombo en los cuplé, canté los pasodobles, Pino toco la caja en un pasodoble y el bombo en otro…en fin, nos divertimos y encima nos llevamos dos subvenciones. Al llevarnos el segundo premio en la “buena”, pensábamos que en años venideros nos resultaría más fácil estar en el pódium. Nosotros tan ilusos como siempre.
Hubo pocos cambios respecto al año anterior, pero sin embargo, salieron las cosas mucho mejor en ese concurso del 2000. Paco Pino ya empezaba a destacar como autor, Nini ya había inventado esa “voz finita” y el grupo tenía una ilusión enorme. El tipo elegido para la agrupación “buena” fue el de los personajes de Heidi: Pedro, el abuelo, Clara…etc. y el nombre nos lo dio Juanito “el canijo”, un compañero mío de trabajo. En la “otra” chirigota salimos vestidos de niños transfronterizos, que vienen a España buscando una vida mejor. Hay un dato curioso que quisiera aclarar respecto a ese tipo y a la “coincidencia” con el de otra agrupación ceutí. Una tarde me llama a mi casa Alejandro Catarecha, de la chirigota de los hermanos Pérez, y me comenta que han tenido un problema. Ellos tenían pensado ir de Star wars, pero el tipo les costaba una pasta, (un millón de las antiguas pesetas), y no podían permitírselo, con que me pide que ya que nosotros sacamos dos chirigotas, deje que ellos saquen el tipo de transfronterizos y saquemos solo una. Yo en un principio estoy por la labor de hacerlo, pero tras consultarlo con el grupo decidimos que no, que han sido muchos fines de semana preparando el repertorio para ahora no sacarla y tirar todo el trabajo por la borda. Me dispongo a llamar a Catarecha, pero él me llama antes y me dice que lo van a sacar, sea cual sea nuestra decisión. Esa es la única verdad del caso, aunque alguien diga que nosotros les pisamos el tipo.
Aquel año queríamos hacer un forillo, ya habíamos llevado el año de los pastores, pero no lo hicimos nosotros, robamos uno del almacén municipal. Así que ese año nos pusimos manos a la obra y nos salió de puta madre, creo que el tipo entero quedó de puta madre, todavía se me ponen los vellos de punta cuando recuerdo la reacción de la gente al ver la puesta en escena. Las risas iban de menos a mas…cuando salió Heidi, el abuelo, reventó cuando salió Clara, la tullida, en su silla de ruedas, y explotó cuando salió Ale vestido de Rotelmeyer. Momentos antes de la actuación, Nini le dijo a mi padre que le cortara un poco el bigote, que se le metía en la boca y le molestaba al cantar, mi padre, que siempre se ponía mas nervioso que nosotros, cogió unas tijeras y al dar el primer corte salió un chorro de sangre del labio. Mi padre se descompuso, Nini se puso blanco. Disimulamos como pudimos las manchas de sangre de la barba y el Indio tuvo que cantar con medio labio cortado, Aun así, nos dieron el segundo premio, pero lo mas bonito fue la calle, como a los niños se les iluminaba la cara al vernos, como la gente nos seguía para vernos actuar hasta dos o tres veces en los distintos sitios donde íbamos. Nos inscribimos para concursar en La línea, pero la noche anterior al concurso, cogimos un colocón de muerte y decidimos no viajar y aguantar aquí la resaca. Mientras nosotros dormíamos plácidamente, en La línea se impacientaban porque la agrupación de Ceuta no llegaba. Llamaron al teléfono de Paco Pino para comunicarle que ya nos habían presentado en escena, que teníamos que darnos prisa. No quiero imaginarme la cara de aquel hombre cuando Pino le dijo que estábamos en Ceuta y que no íbamos a aparecer. Nos sancionaron con cinco años sin poder concursar allí.
Ni que decir tiene, que con la “otra” chirigota, “Los maclas”, no nos comimos nada, era de esperar. Aunque tuvo su punto, la verdad es que era muy floja y estaba poco trabajada, pero nos pegamos el gustazo de cantar dos veces y además intercambiarnos en los instrumentos durante la actuación: Marco tocó el bombo en el popurrí y cantó el resto, Pando toco la guitarra en un pasodoble y el bombo en otra pieza, yo salí de caja en la presentación, de bombo en los cuplé, canté los pasodobles, Pino toco la caja en un pasodoble y el bombo en otro…en fin, nos divertimos y encima nos llevamos dos subvenciones. Al llevarnos el segundo premio en la “buena”, pensábamos que en años venideros nos resultaría más fácil estar en el pódium. Nosotros tan ilusos como siempre.