Ayer no me apetecía escribir...hoy tampoco, pero quiero hacerlo, necesito hacerlo. Ayer se nos marchó otro grande de la fiesta, un artista de los que no abundan en esta tierra, Don Francisco Pino Martell, el padre de mi hermano. Un hombre artífice de un trabajo desconocido por muchos carnavaleros, pero que ha hecho posible con sus manos que mi agrupación y muchas otras luzcan sobre las tablas del teatro atrezzos y complementos espectaculares. Ayer sus manos de artistas se apagaron, se paró su corazón como se encogió el de cada uno de los miembros de la agrupación de O´donell. Hoy nos hemos despedido todos de él y yo, personalmente, le he pedido en voz bajita, que le de un beso a mi padre, que le cuente lo unidos que su hijo y yo estamos, y seguiremos, lo que su hijo me quiere, lo que yo quiero a su hijo.
Ahora, cada año por febrero, nos acordaremos mas que nunca de ellos, de lo que lucharon por su chirigota de O´donnell, sabiendo que los dos, junto al padre de otro pilar del grupo, Nini, se sentarán en ese palco del cielo con una copa en la mano para ver lo que sus niños sacan en carnaval. Desde aquí y de todo corazón, un beso enorme a una familia que siento como mía, a Encarna, a Mabel, a Miguel y por su puesto a Pino y Belén. Os quiero mucho.
1 comentario:
Josemi yo creo que a partir de ahora tu padre formara la chirigota en el cielo, el padre del pino confeccionara los tipos y el atrezzo y por supuesto mi padre llevara las cuentas. Amen hermano.
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